30 marzo 2014

El baúl de los Idiotas (así, con mayúscula)

Bueno hoy me decidí por un renombre del blog. Así que lo voy a inaugurar formalmente y explicar el porqué. Cuenta la historia que hace años (más de 10) que tengo un baúl chiquito donde guardo recuerdos, básicamente boludeces que me rememoran momentos más felices: una vela de cuando cumplí quince, el collar de una gata que tuve y se perdió, una tapita de Coca-Cola que un ex dobló en forma de beso, un caracol de mis primeras vacaciones en Rocha, una brújula que me regaló mi abuelo, y así sigue la lista.

Pero me puse a pensar que en ese baúl guardo sólo recuerdos buenos, cosa de mirarlos y pensar, que feliz fui, todo tiempo pasado fue mejor y todas esas idioteces que nos venden en los comerciales para que hagamos nuevos recuerdos y gastemos más plata. Pero la mina que soy ahora no está hecha sólo de cosas felices, pasé muchos momentos de mierda, muchas lagrimas gasté en tarados que no las merecían, entonces ¿Por qué recuerdo sólo las cosas buenas? ¿Por qué no meter en mi baúl de recuerdos a los idiotas que me han ido haciendo un poco menos pelotuda? Y puedo decir que han sido varios y variados (toda una gama), pero más allá de odiarlos y putearlos en el fondo les agradezco por las grandes enseñanzas que me han dejado y que quiero compartir con otros.

Gracias a ellos aprendí hasta cuando vale la pena aguantarme a un inmaduro con miedo de crecer (si luego de 4 años no se mudó de la casa de los papis, no se va a mudar contigo,¡nunca!, que pase el próximo de la fila antes que se me marchiten los ovarios). Aprendí cuando un pibe sólo va a dar para una noche (no boludo ni en pedo te aguanto otro día más hablando de tus grandes logros de la vida: una xbox y una tv ultra slim de 56"). Y lo más importante aprendí cuando retirarme con el poquito orgullo que me queda cuando el que parecía un pibe inteligente y prometedor resulta que se escribe con 20 pendejas más por whatsapp (no chicas no miren el celu si no quieren encontrar lo que no quieren ver, mejor ignorante que infeliz).

Así que aquí estamos con el baúl de los recuerdos de idiotas que me han cagado la vida pero que me han hecho fuerte e independiente. No los odies. ¡Equivocate y dejá que enriquezcan tus próximas experiencias de vida! Y recuerden:

El mundo está lleno de idiotas distribuidos estratégicamente para que te encuentres al menos, uno al día. 


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